¿Quién quedaría si este cuerpo se extinguiera?
¡Solo yo existiría!
Si las arrugas llenaran mi cuerpo
Y las canas cubrieran mi cabeza
¿Dejaría de ser yo?
¡Solo yo existiría!
No dejaría de existir
Porque mi cuerpo se amilane
Ante las tempestades del mundo
Me alimentaría del centro
Donde fluye la energía
Allí encontraría mi rostro
Radiante como capullo al amanecer
Mi cabellera refulgente
Como rayos de sol
En el centro,
Mis dientes resplandecerían
Como diamantes,
Los contemplaría
Les amaría
Tal como les amo hoy
También esperaría
A que esa imagen se esfumara
Se disolviera
Entre los humos de la nada
Abrazando luces, abrazando amores
Lourdes
sábado, 11 de octubre de 2008
VEINTE Y TRES
Tan solo veinte y tres...pensaba ella....
Veinte y tres años y una vida tan gris...tan vacía....
Reflexionaba con el brazo apoyado sobre el balcón y la mirada fija en una pequeña pero indiscreta grieta que yacía en una de las paredes de aquel balcón fresco y adornado.
La suave brisa de la noche le acariciaba el cabello y parte del rostro, mientras ella sumergida en sus pensamientos hacia caso omiso de ello. Era bella, tan bella como un botón de lirio al amanecer; estaba de espaldas a la luna quien era su leal amiga. Pero ahora ya no deseaba verle; estaba ofendida.
Tan solo fumaba y hacia ondas con el humo del cigarrillo, miraba la grieta y pensaba en el.....
Pero la negra noche le incitaba a volver a la nostalgia y dos gruesas lagrimas amenazaban por salir y recorrer sus pálidas mejillas que solo se teñían de carmín cuando se emocionaba como cuando le conoció......pero ya no le había pasado mas porque el ya no estaba, y tal vez ya no estaría mas, se había marchado poco a poco dejándose llevar por diversas voces que le susurraban al oído que se alejase.....
-¡Que misterio! Susurro en voz baja, se tuvo que ir...
Pero le extrañaba profundamente porque en su corazón sensible ella le había arreglado un pequeño rincón con flores de la vida, del cariño, del amor; con fuego para que se sintiera acomodo pero también con sinceridad y verdad.
Así era ella sensible y llorona, todo le afectaba, todo le dolía. Y esa noche le dolía el alma cuya desnudez asomaba a través de las dos perlas que ahora rodaban por sus mejillas y solo la luna y las estrellas le acompañaban desde el firmamento....
Pero como no iba a hacerla sufrir si el tan solo tenia veinte y tres....
Veinte y tres años y una vida tan gris...tan vacía....
Reflexionaba con el brazo apoyado sobre el balcón y la mirada fija en una pequeña pero indiscreta grieta que yacía en una de las paredes de aquel balcón fresco y adornado.
La suave brisa de la noche le acariciaba el cabello y parte del rostro, mientras ella sumergida en sus pensamientos hacia caso omiso de ello. Era bella, tan bella como un botón de lirio al amanecer; estaba de espaldas a la luna quien era su leal amiga. Pero ahora ya no deseaba verle; estaba ofendida.
Tan solo fumaba y hacia ondas con el humo del cigarrillo, miraba la grieta y pensaba en el.....
Pero la negra noche le incitaba a volver a la nostalgia y dos gruesas lagrimas amenazaban por salir y recorrer sus pálidas mejillas que solo se teñían de carmín cuando se emocionaba como cuando le conoció......pero ya no le había pasado mas porque el ya no estaba, y tal vez ya no estaría mas, se había marchado poco a poco dejándose llevar por diversas voces que le susurraban al oído que se alejase.....
-¡Que misterio! Susurro en voz baja, se tuvo que ir...
Pero le extrañaba profundamente porque en su corazón sensible ella le había arreglado un pequeño rincón con flores de la vida, del cariño, del amor; con fuego para que se sintiera acomodo pero también con sinceridad y verdad.
Así era ella sensible y llorona, todo le afectaba, todo le dolía. Y esa noche le dolía el alma cuya desnudez asomaba a través de las dos perlas que ahora rodaban por sus mejillas y solo la luna y las estrellas le acompañaban desde el firmamento....
Pero como no iba a hacerla sufrir si el tan solo tenia veinte y tres....
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